El almacén automático de congelados simplifica el mantenimiento de la cadena de frío
Los procesos eficientes y la alta capacidad de almacenaje ahorran costes de energía
Asegurar un control en la cadena de frío
Vigilancia permanente de los productos almacenados
Menos costes de energía debido a la refrigeración cerrada
Alto volumen de almacenamiento
Alta rotación de mercancías con existencias reducidas
Los rodamientos para temperatura controlada pueden convertirse en auténticos consumidores de energía si no se planifican y gestionan cuidadosamente. Las temperaturas tan bajas como -40 °C representan un peso considerable para los empleados y limitan al mínimo las horas de trabajo en el área refrigerada. En los almacenes manuales, se pierde mucho frío debido a la entrada y salida de camiones industriales y por ello los costes de energía aumentan. Además, las carretillas elevadoras requieren más espacio para maniobrar y las estanterías no pueden construirse muy altas.
La solución más eficiente y a largo plazo, la más económica, es un almacén automático a temperatura controlada o almacén refrigerado: que permite una mayor capacidad de almacenaje, un área de almacenamiento más pequeña, una temperatura constante y, por tanto, unos costes energéticos significativamente más bajos. Además, en cuanto el manejo de mercancías sea más rápido y frecuente, la supervisión de procesos sea transparente y continua, y los costes de personal y administrativos disminuyan, aumentarán significativamente sus beneficios.
Su almacén más eficiente
El trabajo en un almacén a temperatura controlada presenta muchos desafíos; los delicados productos, el mantenimiento de una cadena de frío ininterrumpida y las temperaturas muy por debajo del punto de congelación. Los requisitos de un almacén de este tipo son igual de exigentes: tecnología resistente al frío, una alta capacidad de almacenamiento y eficiencia energética, tiempos de producción cortos con tasas de error mínimas y un seguimiento perfecto de las mercancías.
Un almacén automático congelado está controlado y gestionado por un sistema de gestión de almacenes (SGA). El programa informático traza un mapa de todos los procesos y garantiza un alto nivel de transparencia y rastreo del almacenamiento de las mercancías, incluida la gestión de lotes, las fechas de caducidad y los números de serie. Además, el SGA asegura que cada producto esté en el lugar correcto en el momento adecuado, desde la recepción de las mercancías, el almacenaje y la recogida hasta la expedición. Esto mantiene la cadena de frío, evita movimientos innecesarios de mercancías y ahorra energía.